Las plantas son seres vivos que requieren cuidado y atención para prosperar. Uno de los aspectos más importantes en su cuidado es el suministro de agua adecuado. Sin embargo, surge una pregunta común: ¿Es perjudicial regar las plantas con agua con cloro? En este extenso artículo, exploraremos a fondo esta cuestión para brindarte una comprensión completa de cómo el cloro puede afectar a tus plantas y qué medidas tomar para garantizar su salud.
El papel del cloro en el agua y su importancia
Para comprender si el cloro es perjudicial para las plantas, primero debemos analizar el papel del cloro en el agua y su importancia en la vida de las plantas. El cloro es un elemento químico que se encuentra en muchas fuentes de agua, incluyendo el agua de lluvia, los suelos y, en particular, el agua de piscina y el agua potabilizada.
El cloro en el agua tiene dos formas principales: como un agente de desinfección en el agua potable y como un nutriente en forma de cloruros que las plantas pueden absorber. Estas dos formas de cloro tienen funciones diferentes y, por lo tanto, impactos distintos en las plantas.
El cloro como nutriente (los cloruros)
El cloro, en forma de cloruros, es considerado un micronutriente esencial en la fertilización de las plantas. Cumple varias funciones clave en la vida de las plantas, incluyendo:
- Actuar como un soluto osmótico en las vacuolas de las células vegetales, manteniendo la turgencia de los tejidos y regulando la presión osmótica.
- Influir en algunas reacciones enzimáticas cruciales para el crecimiento y desarrollo de las plantas.
- Regular el potencial de membrana celular y actuar como regulador de pH dentro de las células.
Para que el cloro sea absorbido por las plantas, debe ingresar a través de las raíces, principalmente desde el suelo y movido por el agua. Por lo tanto, la entrada de cloro en la planta se produce en condiciones húmedas, donde el agua moviliza los cloruros y los transporta hacia la planta desde las raíces.
En general, las aguas de riego suelen contener concentraciones suficientes de cloruros para satisfacer las necesidades de las plantas. Además, el cloro también está presente en el suelo en cantidades adecuadas, por lo que rara vez hay un déficit de este micronutriente.
¿Puede el cloro ser tóxico para las plantas?
Si bien el cloro es un nutriente esencial, como ocurre con muchos nutrientes, su exceso puede ser perjudicial para las plantas. Los efectos tóxicos del cloro en las plantas varían según la especie y su capacidad para tolerar altas concentraciones de cloruros en el suelo o el agua de riego.
Existen diferentes categorías de plantas en función de su tolerancia a los cloruros:
- Plantas halófitas extremas: Estas plantas pueden prosperar en concentraciones muy altas de cloruros, entre 100-200 mM [Cl-]ext, y su crecimiento se estimula en estas condiciones.
- Plantas halófitas tolerantes: No se ven estimuladas por la presencia de sales, pero pueden desarrollarse en concentraciones salinas más altas, aunque con un crecimiento ligeramente reducido.
- Plantas ligeramente tolerantes o sensibles: Estas plantas ven reducido su crecimiento notablemente en rangos de concentración de cloruros medios.
- Plantas extremadamente sensibles a la salinidad: Sufren daños con concentraciones mínimas de cloruros.
Por ejemplo, las plantas costeras suelen ser más tolerantes a los cloruros, mientras que los cítricos y algunos frutales son altamente sensibles a ellos.
Para tener una idea más clara, 1 miliequivalente/L de cloruro equivale a aproximadamente 3,55mg/L de cloro. Las plantas ligeramente tolerantes pueden soportar hasta 177mg/L de cloruros en el medio, mientras que las muy sensibles podrían sufrir daños incluso con concentraciones mucho más bajas.
El otro cloro: El de potabilizar el agua
En las áreas urbanas, el agua de red de abastecimiento se somete a tratamientos de potabilización para eliminar contaminantes y microorganismos, asegurando así la seguridad del agua que consumimos. El cloro es uno de los desinfectantes más comunes utilizados en estos procesos. Se agrega en forma de hipoclorito sódico (NaClO) y es efectivo para eliminar microorganismos y garantizar la calidad del agua.
La cantidad de cloro residual permitido en el agua potabilizada está regulada y debe ser menor de 1 ppm (menos de 1mg/L de agua) después de todas las reacciones químicas y la desinfección. Esto garantiza que el agua sea segura para el consumo humano.
Es importante destacar que las concentraciones de cloro son mayores en las etapas iniciales del proceso de potabilización y disminuyen a medida que el agua recorre la red de abastecimiento. El cloro residual es lo que finalmente llega a nuestros grifos y se utiliza para beber y regar nuestras plantas.
La concentración de cloro residual puede variar según el pH del agua, la temperatura, la cantidad de cal, la materia orgánica y otras variables. Por lo general, las plantas de potabilización controlan este proceso de manera informatizada y garantizan que el cloro residual esté dentro de los límites seguros.
Es importante mencionar que en núcleos rurales pequeños con depósitos de agua de manantial tratados con cloro, a veces el agua puede verse turbia debido a un exceso de cloro en el depósito. Sin embargo, estas concentraciones suelen ser bajas y no representan un riesgo significativo para la salud.
¿Es perjudicial el cloro residual para las plantas?
En general, el cloro residual presente en el agua potable no suele ser perjudicial para la mayoría de las plantas. Las concentraciones son tan bajas que rara vez afectan negativamente al crecimiento de tus plantas de interior, jardín o macetas. Sin embargo, existen algunas plantas tropicales, como la calatea o la drácena, que pueden ser sensibles al cloro residual.
Se ha realizado una investigación que sugiere una posible fitotoxicidad a nivel celular en las raíces de cebolla causada por el hipoclorito sódico en concentraciones superiores a 1 ppm (1mg/l). Sin embargo, esto es un hallazgo excepcional y no representa una amenaza significativa para la mayoría de las plantas que cultivamos.
Es importante recordar que, si observas que una planta en tu hogar está enferma o presenta problemas, es poco probable que el agua clorada sea la causa principal. Existen muchas otras razones más comunes que pueden afectar a tus plantas, como el exceso de riego, la falta o el exceso de luz directa, la pudrición de las raíces debido al encharcamiento del sustrato o la falta de abono.
Si deseas eliminar el cloro residual del agua antes de regar tus plantas, puedes hacerlo dejando reposar el agua en un recipiente abierto durante unas horas. El cloro se evaporará, y la pequeña cantidad de cloro residual desaparecerá.
Preguntas frecuentes
¿Puedo regar mis plantas con agua de piscina con cloro?
No se recomienda regar tus plantas con agua de piscina que contenga cloro. Las concentraciones de cloro en el agua de piscina suelen ser mucho más altas que las presentes en el agua potabilizada, lo que podría ser perjudicial para tus plantas.
¿Qué sucede si le echo lejía a las plantas?
Echar lejía a las plantas es altamente perjudicial y puede matarlas rápidamente. La lejía es un producto químico fuerte y tóxico que no debe utilizarse en el cuidado de las plantas de ninguna manera.
¿Cómo puedo garantizar el agua adecuada para mis plantas?
Para garantizar que tus plantas reciban el agua adecuada, utiliza agua potabilizada de buena calidad siempre que sea posible. Si tienes dudas sobre la calidad del agua de tu área, puedes considerar utilizar un filtro de agua o dejar reposar el agua durante unas horas para eliminar el cloro residual antes de regar tus plantas.
En resumen, el cloro presente en el agua no suele ser perjudicial para la mayoría de las plantas, ya que las concentraciones son bajas y rara vez afectan negativamente al crecimiento. Sin embargo, es esencial conocer la tolerancia de tus plantas específicas y tomar medidas para garantizar la salud de tus vegetales.
Siempre es aconsejable observar el estado de tus plantas y considerar otras posibles causas si notas problemas de salud en ellas. Con un cuidado adecuado y un suministro de agua razonable, tus plantas deberían prosperar y mantenerse saludables.